martes, 4 de agosto de 2015

Medicina ortomolecular- Longevidad

"Nuestro estado de salud representa, ante todo, nuestra dieta desde que éramos fetos. Somos producto de lo que ingerimos y que además trasmitimos genéticamente. Una verdad tan sencilla de entender, pero a su vez una tesis que ha sido ridiculizada y olvidada. Es hora de redescubrirla, porque cada día que pasa nos estamos muriendo por la boca."

Más allá de la herencia genética de cada individuo, la salud se convierte en una responsable personal, donde los hábitos cotidianos, los pensamientos y las creencias, o la educacíon recibida sobre cómo cuidarse pueden determinar de forma decisiva no sólo la duración total de la vida, sino lo màs importante, la calidad de la misma, evitando muchas de las enfermedades asociadas al estilo de vida occidental y a conductas poco respetuosas con el equilibrio interno del organismo.

En los últimos años en el ámbito de la nutrición se ha puesto en marcha una revolución sin precedentes. La tradición y la modernidad se unen replanteando la nutrición a través de la utilización controlada de las vitaminas, los aminoácidos, de los extractos herbarios y de otros componentes vegetales.En los laboratorios se estudian día tras día los principios nutritivos de los alimentos para conocer más de cerca cuáles son estos elementos y que función cumplen en el organismo.

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Es bien sabido que nadie quiere envejecerse ni ser testigo de los cambios que se producen en el propio cuerpo a lo largo del tiempo.
Hablar de longevidad no supone hablar de exclusivamente de un grupo muy reducido de ancianos que logran franquear la meta del centenario, la mayoría de las veces a costa de ir perdiendo facultades que a cualquier adulto lo paracerían irrenunciables para ser feliz.
Hoy por hoy, hablar de longevidad supone hablar de calidad de vida y de la preservación de la salud en los mejores años para intentar alargar este periodo duranta el mayor tiempo posible. En realidad lo recomendable es asumir de forma objetiva que todos envejecemos, y al igual que admiramos a esas personas a quienes el paso del tiempo parece afectarles poco, todos podemos intentar disminuir los efectos de este inevitable proceso con una serie de estrategias que suponen cambios tanto en los hábitos contidianos como en la inclusión de algunos productos "extra" que proceden del laboratorio.

Los antioxidantes; la mejor defensa

El tratamiento con vitaminas y otros productos con acción antioxidante ofrece una protección probada contra el evejecimiento por la acción de los radicales libres. En este terreno son numerosos los estudios que demuestran la eficacia de los antioxidantes no sólo en el ámbito celular sino, en consecuencia, en la mejora de la vitalidad de los órganos, del tejido conjuntivo, de las articulaciones,, de la masa ósea, y en el sistema nervioso. lo que contribuye a aumentar las expectativas de vida.
Tomar productos antioxidantes se convierte en una medida sensata y preventiva, ya que con la alimentación habitual no se llega a cubrir las necesidades reales para hacer frente a todo el "estrés oxidativo" que genera el entorno. En el mercado existen innumerables preparados antioxidantes, pero hay que saber distinguir los productos farmacéuticos corrientes de los productos de alta potencia, avalados por una investigación científica de vanguardia, diferencia que se precibe a simple vista en el precio de venta, ya que no todos ellos poseen una formulación acertada, ni incluyen una gama sinérgica de ingredientes activos. Los principales antioxidantes son:


  • Vitamina C: se ha revelado como la estrella protagonista de los tratamientos contra el resfriado, y es un eficaz agente limpiador de los estragos producidos po los radicales libres. 
  • Betacaroteno: conocido como el precursor vegetal de la vitamina A, responsable de la coloración anaranjada o rojiza de muchas frutas y vegetales.
  • Vitamina E y selenio: son dos antioxidantes que tomados conjuntamente, han demostrado ser muy eficaces por su acción desintoxicadora de los metales pesados. También previenen contra mutaciones cancerígenas y protegen frente a las complicaciones cardíacas al hacer más fluida la sangre. Ambos benefician la piel hidratándola por dentro. Cuatrocientos gramos de vitamina E más 100-300gr de Selenio tomadas durante la comida la comida principal, le ofrecerán una protección antioxidante satisfactoria. No mezcle el selenio con la vitamina C, ya que esta obstaculiza su absorción. 
  • Cinc: otro importante mineral  cuyo papel antioxidante es ampliamente reconocido, refuerza el sistema inmunitario y es utilizado para combatir rápidamente gripes y resfriados, mejora las funciones sexuales, ayuda en la reparación y cicatrización de la piel, fortalece el cabello y las uñas y previene la conjuntivitis senil.Un aporte de entre 15 y 30 mgr cubre ampliamente nuestras necesidades; es mejor es mejor tomarlo como parte de un suplemento multivitamínico o, en todo caso, al final de las comidas. Advertencia: un exceso de este mineral en torno a 100mg al día, paradójicamente puede deprimir el sistema inmunitario e interferir en el equilibrio del cromo y del cobre, provocando como consecuencia un aumento del colesterol nocivo. No obstante, se trata de un mineral muy beneficioso que suele escasear en la alimentación.
  • Cisteína y N-acetil cisteína(NAC): es un aminácido azufrado, son importantes en desintoxicadores celulares que se encuentran en el colágeno, y que aseguran la solidez y flexibilidad de la piel. El aporte suplementario oscila entre 250 y 1.000mg al día, se deben tomar en ayunas fuera de las comidas, y se pueden acompañar con vitamina C.
  • Coenzima Q10: es una sustancia natural, popularizada a raíz de los anuncios de cosméticos por su efecto antioxidante. Con la edad disminuyen sus niveles en el organismo, por lo que se recomienda realizar un aporte suplementario,sobre todo en caso de padecer patologías cardiacas. Como antioxidante puede retrasar el proceso de envejecimiento al favorecer la regeneración de la vitamina E. Se recomienda una dosis diaria de entres 30 y 100 mg.
  • Bioflavonoides: son componentes activos extraídos de fuentes vegetales que se encuentran agrupados bajo el nombre genérico de fitonutrientes. Son muy diversos y numerosos, y hasta el momento se han podido aislar más de 6.000 compuestos, que abarcan desde las catequinas del Té verde, pasando por la rutina de los cítricos, la quercitina de las habas, hastal las antocianidinas(antocininas) del vino. Tenen un importante papel antioxidante y favorecen la circulación en general-tanto la venosa como la microcirculación capilar-; son antiiflamatorios, estabilizan la unión del colágeno, protegen los capilares, y sn antialérgicos. Son verdaderas fábricas de salud. Cabe destacar por su papel antioxidante la corteza de pino marítimo-el picnogenol, que protege la piel contra el envejecimiento producido por los rayos ultravioleta-; el árandano, útil en las afecciones oculares y en caso de que haya un nivel alto de azúcar en la sangre; la rutina y la hesperidina, ambos flavonoides venótonicos qu ayudan en caso de varices; y el ginkgo biloba, planta muy reputada por su efecto en la memoria y que también posee activos flavonoides.
Como se ha visto, hy innumerables productos con propiedades antioxidante,sin embargo, muchas veces a causa de una dieta deficiente, es interesante realizar un aporte suplementario con un complejo multivitamínico que procure los nutrientes más necesarios para gozar de buena salud. 

No se debe olvidar la ayuda de las plantas medicinales
Entre las propiedades de las hierbas medicinales hay gran cantidad, de preparados con diversas propiedades, entre otras; tónicas,antioxidantes y estimulantes. Todas ellas suelen ser de fácil consumo y conllevan escasos riesgos de rechazo. 


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