Una de las cosas que mas nos torturan a lo largo de nuestra vida, son las metas no alacanzadas. Todos quisieramos ser grandes, ricos, famosos, sabios, queridos, reconocidos, eternamente jóvenes o morir sin darnos cuenta. Sin embargo en realidad esas no son metas, sino caminos, formas de llegar hasta el punto donde llegaremos todos, la verdadera meta, es esa que nadie conoce. No vale la pena amargarse la existencia con la felicidad y el triunfo obligados, lo que vale la pena es vivir intensamente la vida, se cual se el camino que nos ha tocado o que hemos elegido.
La relajación y la meditación son los mejores remedios contra las metas no alcanzadas, ya que estas práticas nos abren nuevos caminos y senderos hacía nuestras metas, por lejanas que nos parezcan, sobre todo sin reforzamos la relajación y la meditación con ejercicios de pensamiento positivo, proyectando y recreando mentalmente la situación que queremos vivir y la meta que deseamos.
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